lunes, 28 de diciembre de 2015

Una bicicleta en Belén.

Hoy es veintiséis de diciembre. Los contenedores de basura están rebosantes de restos de navidad. Son las doce de la noche y hay una luna esmerilada, que apenas brilla entre la niebla. Por la avenida viene una familia. Por su aspecto podría provenir de Benarés o de Bucarest. La madre empuja un carrito de niños cargado de bolsas y trapos. El padre, apenas treinta años, empuja una vieja bicicleta con una cesta de fruta en su trasportín. Hablan alto en una lengua incomprensible. Varios niños siguen su frenética marcha con dificultad, dando carrerillas y tapados con capuchas. Cierra el cortejo una chiquilla de no más de cinco años que se tapa los hombros con una manta mugrosa. Trabajan en equipo: el padre levanta la tapa del cubo y los niños trepan, e incluso se cuelan dentro rebuscando en el interior, la madre guarda los hallazgos en bolsas. Corre un viento frío, tan frío como el corazón del IBEX 35. Parpadean algunas luces navideñas y un papá Noel trepa infructuosamente por una escalerilla hacia una ventana. San José, la Virgen y los niños siguen su peregrinación de contenedor en contenedor, lejos de Belén, lejos de cualquier parte. Aquí no hay pastores ni lavanderas, ni mula ni buey. Solo una vieja bicicleta y una familia que sigue a su mala estrella.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Recibiendo lecciones.

Son las nueve de la noche y estoy con mi padre en la habitación del hospital. Al otro lado del cristal de la ventana están las luces de la ciudad, el mundo que sigue su ritmo. Aquí todo va despacio, bajo el efecto de los fármacos, con el sonido sigiloso de los pasos de las enfermeras. Le estoy quitando las espinas a un lenguado para que se anime a comerlo. Recuerdo como se lo hacía también a mis hijas ,de pequeñas. Siempre se me dio bien desespinar el pescado, sacar esos filetitos e ir retirando las raspas hacia un lado. La habitación está silenciosa. Hablamos , mientras él come , de cosas antiguas. De su hermano que murió al acabar la mili. Sus palabras me van llevando al Madrid de los años cincuenta, a la penuria de su casa en Sainz de Baranda, a las dificultades de encontrar penicilina para un muchacho alto como un roble que volvió con el corazón enfermo , que no quiso ir al hospital militar, quizá para morirse en casa, quizá para estar cerca de su madre. Se va comiendo el pescado, como yo quería, mientras desgrana recuerdos de hace sesenta años. Antes de que yo naciera. Ese tío Felipe, su hermano, que era alegre como unas castañuelas, que se atrevió a disfrazarse de mujer en unos carnavales, que nadaba en las piscinas del río Manzanares, donde debió coger el reuma al corazón. Y los dos platos de judías que se comía él al llegar del trabajo, y como luego, a modo de postre , compraba unas almendras en la calle Ibiza. Ha estado malo. Me temí casi lo peor, pero se está recuperando. Este hombre que me enseñó a ser padre y ahora me está enseñando a ser viejo. A llevar su pijama de enfermo con dignidad y pulcritud. A afeitarse por las mañanas y peinarse y echarse agua de colonia. Para que no digan. Ya es noche cerrada. Le dejo metido en la cama, con los auriculares de la radio puestos en los oídos. Le tapo, le arreglo el embozo y le doy un beso de buenas noches. Entonces él me da las gracias,” por todo lo que estáis haciendo tú y tus hermanos”. Él , que no ha hecho otra cosa que trabajar para sus hijos… Él , que me dejaba su taxi para que me fuera a buscar a mi novia. Que me daba cien pesetas para que no fuera por ahí sin dinero. El padre, que fue siempre, el más firme asidero en quien uno depositaba su confianza es el que ahora se deja tapar, se deja limpiar su plato de pescado. Y sigue, sigue dando lecciones a sus hijos.

domingo, 15 de noviembre de 2015

TRUMAN

Ayer sábado penser en ir a ver una película con mi familia y algunos amigos...Una comedia, nada que fuera dramático ni complicado. Reírnos un poco y pasar página a una semana demasiado intensa. Tratar de olvidar los negros cuervos que planearon sobre París la noche anterior. Elegí un título fijándome solo en que la protagonizaba Ricardo Darín, un actor al que admiro mucho. Pensé que se trataría de uno de esos divertidos diálogos argentinos,llenos de humor y quizá un poco de ternura.La película se llama Truman. Los que venían conmigo aceptaron-qué remedio- mi propuesta y entramos en la grata penumbra del cine. Los acordes de guitarra de Toti Soler presentaron los primeros planos de este film de Cesc Gay.Buena pinta. Pero a los diez minutos de película Ricardo anunciaba sin ninguna retórica que se iba a morir. Mis acompañantes me miraron de reojo... -Con que una comedia¿eh? ¡Maldita sea, lo que me faltaba, acabar el sábado con graves diagnósticos médicos y funerales a la vista...! No obstante el aire de Madrid entró secuencia a secuencia por la pantalla gracias a una espléndida interpretación de Javier Cámara y Ricardo Darín, además de los mejores actores españoles del momento. Luego vinieron unos sonoros y emotivos silencios. Vaya, después de todo, va a valer la pena la equivocación. El público empezó a esbozar algunas sonrisas. yo me atreví con algunas carcajadas. Una atmósfera de complicidad planeó por la sala. Entonces, me propuse anotar mentalmente algunos de los elementos que componían la tesis de esta película: 1. Nada de morirse hasta que uno esté muerto. 2.-La muerte es un accidente, no una condena; no tratemos , por tanto a nadie como un condenado. 3.-Ninguna certeza por triste y desoladora que sea debe arruinarnos un espléndido día que amanece. 4.-Sólo hay una terapia infalible contra la desesperanza: los afectos. Los afectos que superan la distancia, el miedo y el tiempo. Los afectos que afirman que la vida, efectivamente,afectivamente, es eterna en cinco minutos. 5.- Que el abrazo de un padre y un hijo pueden ser también eternos. Luego hay otras cosas, calles, gente, viajes en avión, el amor entre dos que aman a un tercero...y un perro.Pero todo gira en torno a lo mismo: darnos la mano cuando sea de noche, cuando la soledad o la muerte nos pise los talones.

domingo, 27 de septiembre de 2015

CATALUÑA

CATALUÑA “Quizá porque mi niñez sigue jugando en tus playas” Nadie me la va a quitar. Ni los unos ni los otros. Todo lo que me pertenece o me perteneció seguirá conmigo cuando se pasen estos vientos de tramontana , esta feria de las vanidades, este humo sin fuego. Seguirán conmigo los puentes sobre el río Onyar en Girona.. Los calçots sobre un teja en Valls, la arena de la playa de la Pineda…entre Salou y Cambrils. El cine de verano con pipas y mosquitos, las pequeñas calas llenas de algas. El mercado de Reus y su café con leche condensada. Los franchutes con sus motos y sus canciones de Moustaki, los pollastres a l’ast asándose con hierbas, la butifarra blanc y negre, la cerveza Estrella, aquella nit clara y tranquila de Jaume Sisa…y las chicas: la Helena de Pau Riba, la Laura de Lluis Llach, la Lucía de Serrat, la Marina y la Mª del Mar… El mirador de la Rambla vella de Tarragona y los helados de cucurucho. Y aquel avión prisionero que da vueltas en el parque del Tibidabo, y el funicular azul que sube a la montaña. No, no me vais a separar ninguno del Poble Sec de Joan Manuel, del barrio chino de Vázquez Montalbán, de las flores del mal de la Rambla, de aquellas farolas modernistas del Paseo de Gracia, de la plaza del Diamante, de Barcelona, ciudad de los prodigios. Dejadlo ya, no lo conseguiréis por más que tiréis cada uno de un lado de la manta, para dejarnos con el culo fuera. Esa Cataluña es también mía, la encontré hace mucho tiempo y no me la va a quitar nadie. Es una Cataluña alegre, culta, inteligente, que se toma de las manos para bailar en corro, para divertirse o defenderse. Es una Cataluña bella con una luz que le da la sal del mar y los pinares. Cataluña se ríe de los mercaderes, de los oportunistas vendedores de crecepelos , también de los que la insultan para reclamarla como una propiedad suya, como a la amante que se desprecia pero se quiere atar a la pata de la cama. Cataluña es de todos. Cataluña no es de nadie. Está ahí entre el Ebro y los Pirineos. Siempre estuvo ahí, viendo pasar a griegos, fenicios, carlistas o soldados napoleónicos. En la frontera. ¿Es que vais a disputaros sus despojos como si estuviera muerta? Si em dius adéu Vull que el dia sigui net i clar Que cap ocell Trenqui l'harmonia del seu cant Que tinguis sort I que trobis el que t'ha mancat en mi Que tengamos suerte, pedía Lluis Llach, si me dices adiós quiero que tengamos un día limpio y claro donde cada pájaro traiga la armonía de su propio canto. Que tengas suerte, Cataluña pero que nunca te aparten de los que te amamos.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Al colegio en bicicleta.

Cada mañana bajo al cole en bicicleta. Saludo a los árboles y a algún pájaro. Cruzo los pasos de cebra y celebro seguir teniendo ganas y fuerza para empezar un nuevo día. Hoy he cambiado mi itinerario pues andaba con más prisa y en lugar de cruzar el parque lineal con su paseo y su canalillo ,aprendiz de río, he bajado por la avenida hasta llegar a la de Covibar para coger desde allí el camino de mi colegio El Olivar. Yo ya lo sabía, pero no por eso he podido evitar sentir un pinchazo de tristeza cuando me he cruzado con unas decenas de niños y padres que pasaban de largo, por delante de mi colegio y seguían hacia otros coles más lejanos, más de su agrado. Seguro que se trata de un exceso de orgullo por mi parte. Lo más probable es que ese desdén que les achaco a todas estas familias no tenga más base que mi propia imaginación. Pero ¿qué queréis? No puedo dejar de sentirme así, como me siento: un poco como el que compra flores para su amigo y éste se las deja olvidadas en la papelera. Aquí, llevamos décadas levantándonos cada mañana padres y profesores, para poner un centro en marcha. Con cada música que sale por nuestra megafonía, sale un chorro de ilusión. La misma ilusión que ponen los demás centros hermanos nuestros, donde nuestros amigos maestros y familias echan también su resto de sudor y tiempo. Solo que hoy yo he sentido que es una pena que otros niños y niñas, vecinos nuestros, que viven tan cerca de nosotros no puedan estar aquí con nosotros, junto a nosotros, porque les recibiríamos muy bien, tan bien como recibimos a esos cuantos cientos de niños que llenan nuestras aulas. ¿Quién puede poner la más mínima objeción a la elección libre y personal de cada uno para sus hijos? No seré yo desde luego. Tan sólo le pediría-si mi voz fuera oída- que alguna de estas personas, a la ida o a la vuelta parase un instante, echase un vistazo a nuestro colegio que le pilla de paso y nos conociera. Las puertas siempre están abiertas. ( Y si no tenemos timbre, no hay problema). Quiero para terminar tranquilizar a mis amigos. No se trata de ningún ataque de melancolía. Sigo bajando feliz con mi bicicleta cada mañana saludando a árboles y pájaros, silbando alguna cancioncilla pues puede decir ;sí, con un poco de orgullo, que trabajo para la gente que más me necesita y que mejor me lo recompensa.

domingo, 16 de agosto de 2015

PELOTAS

PELOTAS. La vida es una pelota que viene y luego se va. Esto parecería la letra de una tonta canción, pero es que si bien nos fijamos,la vida es así: tan inestable, tan pasajera, tan imprevisible como una pelota. Será por eso que siempre ha sido el mejor juguete de los niños. De hecho si uno se pone a recordar su niñez, siempre ha estado unida a una pelota. Un objeto esférico que simboliza, quién sabe, también el mundo, esos mundos planetarios que juegan al billar en el espacio desde hace millones de años. Mi primera pelota debió ser de esas rellenas de trapo con un goma atada a la muñeca que se vendían en los puestos de pipas. Después recuerdo una de goma con dibujos de estrellas verdes y lagartos azules que al botar hacía un boing largo y misterioso. Era pelota de botar contra la pared, de saltarla y dar palmadas. También había aquellas pelotas verdes pequeñas y duras que regalaban con un par de zapatos Gorila .Pelotas para dar y eliminar, gran peligro de ventanas y cristales. Luego tuvo que venir , el día de reyes, el primer balón de reglamento, tan inflado, tan duro que sonaba a madera contra el piso. Brillante el primer día luego , en el campo de barro lleno de charcos, las mil patadas lo iban despellejando hasta que acababa enseñando los intestinos por entre las costuras. Aquel pobre balón terminó reventado por un camión cuando se escapó a la carretera. Aquella explosión sorda nos dejó mudos comprendiendo por primera vez la contingencia de las cosas pequeñas, preludio del resto de contingencias de nuestra vida. Vinieron un poco después las pelotas del futbolín,duras, como de serrín prensado, que sonaban rotundas y huecas al marcar un gol decisivo. Tan diferentes de la pelota-cáscara de huevo del ping- pong con su sonido click –clock, su ingravidez de pelota-ave. Muy distinta de la suavidad de marfil de las bolas de billar, rodando por el terciopelo de verde tapiz, tan blancas, con su elegante lunar negro golpeando a la sufrida bola roja que no hacía otra cosa que aguantar los golpes, metáfora de tantos seres sufridores y golpeados. ¿Y aquella pelota de Nivea de los veranos? Ligera, casi aérea, llevada por el viento. Una tarde, en la playa vimos como una de ellas decidió adentrarse en el mar. Alguien intentó recuperarla, pero ayudada por la brisa brincó por las olas ,aguas adentro , convirtiéndose en otro sueño inalcanzable, en la señal inequívoca de lo efímeros que son siempre los veranos. Mucho más tarde vimos algunos volar otras pelotas de goma menos agradables. Lanzadas como cohetes por personajes siniestros que no servían para jugar sino para generar miedo, para sembrar el desconcierto de masas de personas ya de por sí desconcertadas. Las pelotas, la vida iba esta vez en serio. Debe ser que la pelota es la auténtica “rolling stone”, ese objeto volante indomesticable, rebelde que nos atrae pero que se nos escapa siempre de las manos. ¿No estarían jugando con pelotas los Galileos,los Copérnicos estudiando órbitas planetarias,en ese billar cósmico, oscuro y sugerente? ¿No es por eso el fúbol y otros deportes peloteros esa pasión que provoca la pelota con su juego de incertidumbres a la masa rugiente de un estadio? Pero es esa pelota también, no lo olvidemos, ese objeto mágico para compartir, para ser robado, pasado, escondido, para ser metido en un agujero, en una red o para convertirse en un tesoro que late entre las manos de un niño. Ese niño que no dejaremos de ser nosotros mientras nos queden ganas de perseguir por el aire una pelota. Felipe Gutiérrez. Agosto 2.015

lunes, 13 de julio de 2015

INÉS Y LA ALEGRÍA. ALMUDENA Y LA TRISTEZA.

INÉS Y LA ALEGRIA; ALMUDENA Y LA TRISTEZA. Escribe hoy en El País Almudena Grandes una columna teñida de pesimismo, quizá de tristeza sobre el futuro de este país y de su izquierda. http://elpais.com/elpais/2015/07/10/opinion/1436523630_128739.html No sé cómo se me ha venido a la memoria su espléndida novela “Inés y la alegría” Y no he podido por menos que establecer un paralelismo entre esta obra, sus personajes de ficción y la personalidad de su autora, protagonista de algún modo de este nuevo episodio nacional que estamos viviendo todos. Recordarán quienes hayan leído esta novela una escena-de importancia capital en la obra- en la cual el Capitán Galán, que manda una avanzadilla de guerrilleros que cruzan la frontera por el Valle de Arán, encuentra a un grupo de presos políticos antifranquistas trabajando como penados en aquellas carreteras de montaña. Los libera de sus guardianes y les anuncia que están libres, animándoles a la vez a que se unan a ellos para luchar contra Franco. Uno de los presos le pregunta al capitán si es verdad que están libres y cuando este les dice que sí, salen huyendo, no se sabe si asustados o hartos de tanta guerra. Aquella gran decepción que sufre el capitán Galán -el amante de Inés -le hace comprender que jamás se puede ganar una guerra que se ha perdido. Aquellos republicanos españoles acabarán volviendo a Francia y estableciéndose en Toulouse, en una tierra de nadie entre la nostalgia del pasado y la incertidumbre del futuro. Hoy yo he visto a Almudena Grandes convertida en Inés, viviendo lejos, en su Toulouse particular, rodeada de sus amigos escritores y músicos y sobre todo de su Capitán Galán-García Montero, ese capitán que se ofreció en las últimas elecciones como “el corazón de la izquierda” pero que fue desoído, ignorado, como en la escena de los Pirineos. Los nuevos personajes de la política española quieren sacudirse de un plumazo las viejas zamarras del maquis, de la resistencia, de la bandera tricolor. No se quieren parecer a aquellos viejos héroes. Querida Almudena, la realidad- tú lo sabes mejor que nadie- no se parece a la literatura. No sabe de trilogías ni de episodios nacionales. Funciona a golpes de necesidad. Los maquis de hoy: Tsipras, Varoufakis… son desarmados por la Troika junto al monte Olimpo. Los nuevos guerrilleros no se parecen a tu capitán Galán. No son tan guapos. Llevan coleta o gafa pasta y son más altivos, más inexpertos que aquellos maquis de los años cuarenta. No quieren saber nada de esa épica de la derrota, de los viejos símbolos , de los antiguos himnos que salen de los gramófonos. Ellos están aquí, y ahora. Son los nietos, los bisnietos de aquella guerra interminable que tú estás escribiendo y que nos emociona. Y es que Toulouse está muy lejos . Deja que Inés-Almudena, recupere la alegría.

jueves, 25 de junio de 2015

ENSAYO SOBRE LA APARIENCIA.

ENSAYO SOBRE LA APARIENCIA. Estaremos de acuerdo en que el lugar que antaño ocupó la plaza pública, el foro, con su mercado, su iglesia y sus cafés ha sido sustituido hoy por los centros comerciales, los inmensos centros comerciales. Esas grandes burbujas instaladas en medio de la nada que reúne a miles, millones de personas cada fin de semana. Pues bien estos centros comerciales que son idénticos en cualquier parte del mundo desde Londres a Bombay son, por resumir mucho, templos de la apariencia. Y con ello no les estoy quitando ni un gramo de importancia; al contrario les confiere una relevancia social que no tiene ningún otro espacio en la ciudad. Estos centros, en un 99 % desarrollan actividades comerciales que tiene que ver con la importancia que le damos a nuestro aspecto: cómo vestimos, cómo nos calzamos, cómo nos peinamos o maquillamos…a qué nos queremos parecer. Y es que la apariencia no es un asunto banal. A poco que se descuide uno ya está hablando de Platón y de su caverna, de que, en definitiva, somos lo que se refleja de nosotros. Los animales y las plantas saben que su supervivencia depende de la apariencia. Las serpientes venenosas y multicolores, los machos que hinchan sus buches ante las hembras, las grandes flores de las plantas que, como anuncios luminosos parecen gritar: ¡Vengan aquí, prueben nuestro polen! Los seres humanos ,era de prever, no podíamos perder este instinto natural de obtener una apariencia que nos haga ser igual que unos , pero muy distintos a otros. Por ejemplo: las hijas ponen mucho interés en ser distintas a sus madres. Tanto interés como ponen las madres en parecerse a sus jóvenes hijas. Mimetismo, camuflaje, a ello jugamos todos, sin excepción. Yo , que a menudo presumo ante mí mismo de no importarme nada la apariencia, ni la ropa que me pongo; me moriría antes que ponerme para salir una chaqueta y una corbata. Porque, claro que me importa mi apariencia. Claro que me importa a quién me quiero parecer y a quién no… Pasear por las calles de una gran ciudad es algo que nos gusta a todos. Miramos los edificios, las plazas, los luminosos, pero sobre todo miramos a la gente. Esa variedad de estilos, de formas de vestir, de caminar, de llevar la vida a cuestas…. Pero no solo en la ciudad. Observemos a la gente que camina por una playa concurrida. ¿Hacia dónde mira? ¿Hacia el horizonte, las olas, los barcos, las rocas…? No, mira a la gente que ocupa la playa. La gente que se tumba al sol, que juega, que lee. La gente es sin duda uno de los mayores espectáculos …para la gente. ¿A quién le gusta un restaurante vacío? Las calles vacías pueden ser poéticas pero desprenderán un aire de melancolía. No; a todos nos gustan las ciudades, el mejor invento del ser humano, llenas de gente, llenas de ruido, llenas de vida… Es el decorado donde cada uno de nosotros representa su papel. Esa parte del guión que nos ha tocado. Y nos vestiremos, nos peinaremos, incluso pensaremos como ese personaje que nos ha correspondido en el casting. Para ello, para hacerlo creíble tendremos que cuidar mucho, muchísimo nuestra apariencia.

viernes, 12 de junio de 2015

LADRÓN DE GUITARRAS

LADRÓN DE GUITARRAS. Cuando llegué ,hace diez años al Colegio “el Olivar”,descargué todos mis trastos: libros, fichas, cachivaches y mi guitarra. Allí,en un armario de la clase,con más polvo del que merecería, duerme con su canciones y recuerdos. Hoy he ido a sacarla para tocar algo mientras los niños pintaban, pero no estaba. La he buscado por todos los rincones del colegio y no ha aparecido. Parece ser que ha aparecido de nuevo el ladrón de guitarras. Los chicos se han puesto más tristes que yo. Para tratar de quitarle “dramatismo” a la cosa les he contado la historia de esta guitarra, que es una historia verdadera. Hace ya veinte años, en otro colegio.El CEIP Mario Benedetti, tenía yo otra guitarra. La guitarra vieja y parcheada que conservaba desde los quince años. Me la habían regalado mis amigos para mi cumpleaños. A día de hoy ha sido el regalo que más ilusión me ha hecho en mi vida. Todos mis amigos tenían guitarra y me la dejaban de vez en cuando. ¡Macho, cómprate una de una vez! - me decían. Pero no estaban las cosas por aquel entonces para comprar guitarras. Y ellos sacaron sus ahorros y me compraron una preciosa guitarra de color vino burdeos con la que aprendí a tocar lo poco que sé. Así que en el colegio, yo les enseñaba a los chavales la poca música que yo sabía y sobre todo a cantar. Pero un día ,hace justamente veinte años, entró en aquel colegio el ladrón de guitarras y se llevó la guitarra de mi vida. Ese día sí me sentí triste. Me habían robado decenas de canciones, recuerdos encerrados en arpegios. Canciones de protesta, infantiles..canciones para pasar el rato o matar el aburrimiento. Aquellos alumnos hicieron lo mismo que mis amigos: hicieron una colecta y me compraron una guitarra nueva. Entonces pensé que cuidaría mejor de esta guitarra. Que me la llevaría a casa para que no viniera nadie a llevársela de nuevo. Pero luego pensé que no era justo. Que la guitarra la habían pagado los chicos para tenerla allí con ellos. Que si me la llevaba a casa acabaría cansándome de acarrearla y la guitarra terminaría por no venir al colegio. Así que cuando llegué al nuevo colegio la guitarra se vino también conmigo. Aquí ha pasado este tiempo. Varios exalumnos me han confesado que han aprendido después a tocar la guitarra (mucho mejor que yo) porque se aficionaron de ver a aquella guitarra de la clase, como otro mueble más, como el mapa o el globo terráqueo. Hoy les he dicho a los alumnos que no se les ocurra, por favor, comprar ninguna guitarra más. No por miedo al ladrón de guitarras sino porque ya no habrá otros veinte años de colegio para tocarla. Todo el mundo se pregunta ¿Pero a quién se le ocurre entrar a un colegio para robar una guitarra? Yo sé quién ha sido. Estoy seguro. Conozco a ese ladrón: es el tiempo. El tiempo que se lleva todo, cada veinte años, el maldito tiempo que pretende que nos pongamos tristes porque se lleva una parte de nuestra vida. Pero no tiene ni idea. Es un pobre ladrón de guitarras que no sabe tocar más que viejas canciones pasadas de moda. No sabe que en la memoria de un niño o de un muchacho de quince años las canciones siguen sonando siempre, aunque se rompan o nos roben las guitarras.

ENCANTADO DE HABEROS CONOCIDO

ENCANTADO DE HABEROS CONOCIDO. No sé si puedo considerarme mitómano. No es raro que así sea cuando los mitos, los grandes mitos del ser humano, aquellos dioses en los que uno creyó allá por la infancia o la juventud murieron: Jesucristo, Marx, el Che Guevara… Entonces uno se agarra a otros seres de carne y hueso que además de ocupar ese hueco en el altar de las creencias, puede ver, escuchar incluso dar la mano. También estos van desapareciendo. Hoy ,no sé por qué, se me vienen a la memoria para pensar la suerte que tuve de conocerlos. De Rafael Alberti conservo su libro “Roma, peligro para caminantes” que me firmó con una paloma en la feria del libro de Madrid hace veinte años. Fue un sábado soleado en una pequeña caseta del Retiro. Recuerdo sus libros apilados, su bella melena blanca y su camisa celeste. Manuel Vázquez Montalbán nos dio una conferencia erudita y amena en Rivas, también una tarde. Ya me había enseñado a amar su Barcelona de putas y macarras, su hermosa Barcelona del mercado de la Boquería, de la Rambla de las flores, de las pequeñas tabernas. Este lúcido intelectual hoy sería una referencia decisiva para entender esta España de cambios políticos, nos hablaría del 15 M, del futuro de esa izquierda que no le entendió y que hoy le echa de menos. Luego están los poetas, los músicos. Como D. Mario Benedetti, al que estreché la mano inaugurando un colegio con su nombre. Llevaba una pequeña cartera bajo el brazo, una leve sonrisa y una dignidad inmensa. A Mercedes Sosa pude escucharla en un teatro de la Gran Vía, sentada en el escenario, con su gran humanidad y su voz continental. Ya no tenía, es cierto, esa potencia vocal, pero conservaba su carisma que nos hacía ponernos en pie a todos los asistentes a su concierto. Le dimos, entonces , todos gracias a la vida por haberla conocido. George Moustaki cantó solo en un pequeño teatro de nuestra pueblo, Rivas acompañado solo por su fiel mademoiselle Gibson, su guitarra acústica, su mejor amante. A gritos le pedí que cantara “Le temps de vivre” y me escuchó. Comenzó a cantarla pero no pudo terminarla por una carraspera inoportuna. ¡Cuánto me hubiera gustado acompañarle para finalizarla con él.! Junto a estos ilustres desaparecidos, también quiero hoy recordar a otras personas que se fueron sin una nota necrológica en los diarios pero que dejaron una página de amistad en mi vida. A mi amigo Pedro Larrosa a quién siempre lamentaré haber conocido demasiado tarde para haber disfrutado con él de más tardes con un café y un cigarro. Para seguir charlando de política , libros o música allí cerca de su jardín. Y cómo me gustaría cuando empiezan a florecer los almendros. Cuando los pájaros que él conocía por su canto alegran la avenida, volverme a encontrar con Lorenzo , oírle silbar desde lejos y que me diera ese apretón de manos que él daba con una sonrisa, como si firmara conmigo un nuevo pacto con la vida. Me alegro, queridos amigos de haberos conocido. ¡Qué afortunado soy de tener vuestros libros, vuestras canciones, vuestro recuerdo! Me enseñasteis como hay que vivir y morir ,como lo hicisteis vosotros, como hemos de hacerlo todos, como lo hace el viento cuando pasa. Gracias.

miércoles, 6 de mayo de 2015

¡VUELVE LA REVÁLIDA!

Cuando yo era pequeño, como el Carlitos del “Cuéntame”, con nuestros diez añitos , nos llevaban a un instituto del centro de Madrid y allí unos señores muy serios que se llamaban catedráticos, nos examinaban de la prueba de “Ingreso”. Recuerdo perfectamente que uno me preguntó que quién era Juan de Austria otro por el río Guadiana y al único que no supe responder fue al que me preguntó por el sacramento de la eucaristía. Creí que todo esto formaba parte de un pasado en color sepia. Pero no. Ayer en nuestros colegios ,niños, aún más pequeños, tuvieron que hacer un examen de no sé cuántos folios, toda una mañana respondiendo preguntas. Pienso que aún fueron más humanos aquellos serios catedráticos del instituto Ramiro de Maeztu, pues nos hacían preguntas orales y sonreían de nuestras ocurrencias. Nadie parece darse cuenta en pleno siglo XXI que la capacidad de concentración de un niño no le permite estar varias horas inclinado sobre un pupitre contestando preguntas que en algunas ocasiones ni siquiera tienen que ver con los contenidos que aprende en su colegio. Tampoco entienden que en esas condiciones los resultados que arrojen esas pruebas tienen una fiabilidad más que dudosa,NULA. Pero hay algo más grave que todo este esfuerzo inútil: lo que supone de desacreditación de la labor de evaluación que sus profesores hacen de él. En un breve, pero demoledor texto, un niño decía hoy: “…Mi profesora ya me pregunta cosas muy difíciles, y me las sé, así que no estoy de acuerdo con esta prueba que nos hacen en tercero, aunque lo diga el rey”(sic). Empezaron con pruebas externas que –según las autoridades educativas- sólo tenían un carácter estadístico y totalmente anónimo. Luego se le asignó un número a cada examinando para que pudiera ser identificado. Por último hoy ya los resultados aparecen en el expediente del alumno en sexto curso. Algunos centros educativos de nuestra localidad, en el barrio de Covibar concretamente, ya han acordado-en un alarde de creatividad- utilizar los resultados de las pruebas externas como elemento decisorio en caso necesario para aprobar o no a un alumno. Llegado a este punto uno, maestro de infantería, se pregunta ¿Para qué se harta uno de rellenar datos de registro diarios sobre la marcha de nuestros alumnos? ¿Para qué redactamos informes y boletines de información a las familias si luego vienen las pruebas, las nuevas reválidas del “Cuéntame” a decir lo que sabe o no sabe el alumno? ¿A qué queda reducido, el diagnóstico del maestro que convive con el alumno cinco horas diarias durante todo el curso? ¿De qué vale la opinión de quien le ve cada día, cuando está despierto y cuando está dormido, cuando está nervioso y el día que está “sembrado”…? Si la administración no se fía de sus profesores, que nos lo diga y vuelva a formar esos tribunales de catedráticos subidos a una tarima preguntando quién era don Juan de Austria o el sacramento de la Eucaristía. Por lo menos quedará más nostálgico , más cinematográfico.

miércoles, 29 de abril de 2015

¿NO QUIERES CALDO....? MENÚ ELECTORAL RIPENSE.

(Para Eva que ya puede votar la pobre)
¿NO QUIERES CALDO? ¡PUES TOMA TRES TAZAS! (MENÚ ELECTORAL RIPENSE) Nadie podrá quejarse en Rivas de que al menú electoral municipal le falte variedad y exotismo. Se avecinan grandes jornadas político-gastronómicas donde poder ver a nuestros chefs locales desfilar por bares, terrazas y mercadillos. Podríamos empezar por los tradicionales platos de la cocina “Popular-conservadora”:Sabrosos recortes-no sólo de jamón-,dulces de convento, yemas y tetillas de monja, escuelas religiosas, la antigua tradición de sacristía unida al ultra-liberalismo más cosmopolita, todo armónicamente emplatado :los corderos que entran por los que salen, ese adagio popular de “dame pan(y votos) y llámame golfo”. Gran expectación levanta la aparición de esa nouvelle cuisine, esos platos de diseño y mercadotecnia: ese pato al naranjito rivereño, todo sonrisa y ciudadanía. Es verdad que no se sabe sin son carne o pescado. Será como comer en esos platos enormes que ponen en los restaurantes de moda y en cuyo fondo a penas hay unas trizas de algo que no se sabe qué es; que no está mal ni bien que sabe fundamentalmente a nada. Luego vendrá ese plato floral del puño y la rosa(algo mustia, es verdad) que ahora se llama cocina deconstruida. Otro clásico: un plato de ave fénix que siempre resurge de sus cenizas. No le faltarán comensales fieles que se coman un filete aunque esté duro porque, al fin y al cabo algo hay que llevarse al buche. Y luego viene, por la izquierda,claro,el consomé. ¿No quieres caldo? ¡Pues toma tres tazas! Aquí tienen ustedes tres auténticas candidaturas de Unidad Popular. Es verdad que se presentan por separado. No porque no tengan vocación de unidad , es que los demás no quisieron unirse a nosotros. “Puede que Somos Rivas por la Izquierda” una especie de gazpacho de juntos pero no huevos revueltos. No es un problema de ambiciones personales; no; son simplemente concepciones distintas con un mismo objetivo: Como quedar yo mejor colocado en las lista que tú, listillo. Una especie de ragut a base de cola de león y cabeza de ratón. El aroma puede resultar algo desagradable pero el sabor será simplemente inolvidable. Y llegados a este punto ¿Cómo elegir entre tanto plato distinto? ¿Cómo no empacharse antes de empezar a comer…? Bueno, al fin y al cabo algo habrá que echar en nuestros estómagos y en nuestras urnas. Aunque no le guste demasiado a nadie. Aunque haya que hacerlo tapándose, una vez más, la nariz mientras te tragas algún sapo y alguna sardina pasada. ¿Cuándo fue la última vez que votaste con ilusión…? ¡Uf! Resignados habrá que elegir entre lo mejor de lo peor. Seamos justos: ocultos entre esta maraña de sabores hay que reconocer que hay ingredientes honrados, frescos y de confianza. Pero el comensal ripense se pregunta por qué no se juntaron entonces en la misma olla, separando el polvo de la paja, las raspas de los buenos bocados. ¿Por qué tiene uno que pagar por un menú donde la mitad de lo que nos sirven no lo habíamos pedido? Yo, finalmente sigo pensando que prefiero comerme un trozo honrado de pan con un tomate, antes que tener que arrepentirme después de una indigestión. O incluso, si me apuran, quedarme sin cenar. Ya tiene uno una edad y hay que cuidarse para que no te suban los niveles de colesterol y desencanto. ¡Que les aproveche! Felipe Gutiérrez. 30 de mayo de 2.015.

lunes, 13 de abril de 2015

NOS QUEDAMOS SIN PADRES.

Nos quedamos sin padres. Cuando más perdido está el mundo. Cuánto más achantados, dormidos, domesticados están los que deberían ser nuestras referencias; ahora va y se me muere Eduardo Galeano. Este uruguayo con perfil de filósofo romano, un Sócrates con el acento dulce y socarrón de los montevideanos, era como mi padre, como un gurú descreído a quien leía y escuchaba con la boca abierta. Le descubrí hace unos quince años con “Patas arriba. La Escuela del mundo al revés”. Y fue como encontrar un manual tan subversivo y radical como solo la poesía puede ser. Desde entonces me compré todo lo que encontré de él:“El libro de los abrazos”, “Espejos”, “Los hijos de los días””Bocas del tiempo”… y un libro de la editorial Lóguez para niños que se llama “La piedra arde” que debería ser de lectura obligatoria en las escuelas (Yo intenté introducirlo en la mía y lo habían descatalogado,lástima..). Me queda recorrer Youtube buscando sus charlas con voz cautivadora, hablando del arma de revolución masiva que es la palabra utopía. Su compadre Mario Benedetti decía que la vida es un corto paréntesis entre dos muertes, ¡pero cuánto partido les sacaron ellos a la suya! En un gran poema de César Vallejo una multitud le pide a un hombre al que aman que no se muera, pero él sigue muriendo, tanto lo aman, tanto le insisten todos, que al final por amor a ellos sigue viviendo. Sabemos que esas cosas solo pasan en los libros, en esos raros y demoledores versos de César Vallejo y de los grandes poetas. Pero yo le diría también a Eduardo Galeano. ¡Joder, Eduardo, no te mueras! Y él me contestaría, si no fuera porque anda ocupado con la muerte, que tomáramos uno de sus libros y se lo regaláramos a alguien, a alguien que estuviera falto de afecto y de palabras, y así, solo así dejaría de morirse. Nunca quiero olvidar un pasaje de “Patas Arriba”, absolutamente real que alguien le contó en un hospital-hospicio de Managua. El médico de guardia acaba su turno. Es navidad y se va a su casa. Un niño le llama: “¡doctor, doctor, dígale a….dígale a…dígale a alguien que estoy aquí..” Estas cosas contaba. Por favor decidle a …… todo el mundo que él, Eduardo Galeano, estuvo aquí.

domingo, 5 de abril de 2015

VÍCTOR, ANA Y LOS EGOS.

Víctor, Ana y los egos. Es sorprendente con qué facilidad se hacen en este país los manifiestos de apoyo. Este último, es para avalar la candidatura de mi admirado Luis García Montero. Voy cada año a la feria de libro para saludarle y llevarme su último libro de poemas, o sus recientes novelas. Somos de la misma quinta y aunque él no lo sepa yo le considero desde hace tiempo un amigo. La verdad es que me entristece un poco ver los poquitos que nos acercamos a su caseta mientras otros, como su mujer Almudena forman colas bullangueras de gente ávidas de firmas más famosas. Ya se sabe la poesía no vende y son estos-y casi todos- malos tiempos para la lírica. Por eso cuando ahora veo que le apoyan, nada menos que Víctor y Ana, Sabina, Almodóvar y otras gentes de renombre, lo que diría un castizo, la flor de la intelectualidad me quedo perplejo. Los que primero fueron rojos y más tarde prefirieron la rosa, ahora vuelven a apoyar a un candidato tan decente y tan comprometido como Luis. Lo que me pregunto es por qué lo hacen. ¿Comparten sus principios o es simplemente una especie de palmada en el hombro que se da a un amigo, a un buen chaval? Un manifiesto no puede ser un guateque, una fiesta de colegas de profesión en el que se toman unos gin tonics y se brinda por el sol y las flores. La feria de las vanidades. Si yo fuera votante de Izquierda Unida no me haría maldita la gracia estos apoyos tan incondicionales de gente que hasta ayer jamás asomaron por estos parajes. Ellos, tan de vuelta de todo poniéndose el mono azul. No, no me haría ninguna gracia. Ya eché de menos a todas estas personalidades en aquel soleado 15 M. No encontraron acomodo sentados en el suelo con aquella gente tan variopinta, tan anónima. Ellos necesitan que sus egos tengan amplio y sonoro escenario. Tampoco los vi el 31 de enero, mezclándose con la marea de gente que inundó la Puerta del Sol. No los eché de menos, es verdad. Nadie los echó de menos. Ellos son más de la Puerta de Alcalá. Míralos, míralos, viendo pasar el tiempo… Le deseo lo mejor a Luis García Montero. Es un buen tipo, pero como decía mi madre, ten cuidado con las malas compañías. Estos cuando se acaban las bebidas y los canapés recogen sus cosas y se van sin despedirse.

domingo, 29 de marzo de 2015

VERDES PRADERAS.

De todos los pequeños tesoros que tienen las montañas yo me quedo con las praderas. Esas altas praderas de montaña que aparecen siempre de improviso, como una visión, como una verde sorpresa. Sube uno por un bosque umbrío, sin perspectiva, y de repente... aparece, siempre de golpe y porrazo, ese claro, ese corro de peñas rodeado de un césped húmedo adornado, a menudo, por un corro de moñigas de vaca.
Entonces, ellas, las altas praderas te dan una justificación para tan largo trecho trepando entre arroyos y estrechos senderos. Son una metáfora de esa otra larga marcha que es la vida. Caminando, sin saber por dónde ni por qué, hasta que uno llega a algún sitio. Y es entonces cuando uno se para a pensaar. ¿mereció la pena tanto esfuerzo? ¿era aquí dónde yo quería llegar o fue tan solo la casualidad, un fallo en nuestro itinerario? Es muy cierto que los árboles no dejan ver el bosque. Y yo, que en este momento me encuentro sumido en un bosque vital donde es difícil ver el bosque estando uno rodeado de tanto tronco, de tanto alcornoque, de tanto tarugo...¡Ah, que bien viene encontrarse con el resplandor de un collado, de un hueco clarividente en medio de este bosque de dudas y oscuros pinares...
El viernes 27 pasado hice una escapada, un poco a lo loco por las praderas de Cercedilla. Quien no las conozca es porque no le da la gana, porque son muy accesibles y basta para llegar a ellas un par de zapatillas y otro par de horas. Partiendo de las Dehesas de Cercedilla, se sube un ancho camino que puede hacerse con la familia el perro o con uno mismo y en una hora se llega a la espléndida pradera de Navarrulaque. Anteriormente habremos pasado por los miradores de los poetas. Es obligado sentarse en un cómodo banco de madera que está puesto a propósito para recordar al santón de los maestros españoles: Don Francisco Giner de los Ríos. Allí me comí un plátano que no cambiaba yo por todo el oro del mundo. Grato el sol, grata la hierba y grata la soledad compartida con los carbonerillos y otros pájaros cantores.
Desde allí se puede continuar la búsqueda de otra hermosa pradera: La de Majalasna.Esta, más alta (1.910 m) está a tiro de cuarenta y cinco minutos donde un par de cuestas nos harán valorar más el hallazgo. Como pasa en la vida. Lo que uno busca , a veces , no se encuentra tan claramente. Allí había caído la niebla y la hierba se mezclaba con la nieve. Su soledad, su silencio tenía un punto de tristeza. ¿Pero hay algo que sea realmente bello que no tenga un punto de tristeza?-Me cago en la leche, ya me estoy poniendo cursi....
El pico de Majalasna que da nombre a esta pradera, es como la gran muela de un gigante. Es el séptimo de los siete Picos - o el primero, depende desde dónde se mire- y el más bajito. Así que con ese prurito estúpido que tenemos los frikis de la montaña me subi a él cruzando un camino de nieve sin pisar, que siempre da categoría. El viento soplaba con un poco de mala leche así que una vez cumplido el ritual me baje arrastrando el culo de forma no muy honrosa, con más cangüelo que prudencia.
Desde allí, se puede continuar el camino hasta el Collado Ventoso por una senda que llaman de los Alevines. De alevines nada , el viernes la senda era de agarrarse los machos: hielo y un ventarrón que me convencieron para volver por el mismo sitio hasta la anterior pradera de Navarrulaque.Allí, di buena cuenta de un bocata y me volví silbando una cancioncilla hasta el punto de partida. Acercaros hasta allí. Quedaros un rato. Poneros en paz con vosotros y con el mundo en una grata y recoleta pradera guadarrameña. Luego, ya veréis como me dais la razon.

martes, 24 de marzo de 2015

UN CUENTO PRIMAVERAL

Érase una vez una linda idea. Un día salió a la calle, alegre, con su vestido nuevo, su rostro joven. La gente se la quedaba mirando. La verdad es que era un primor. Hacía mucho tiempo que no se veía en la ciudad algo parecido. La linda idea estaba en boca de todos y pronto, quizá demasiado pronto, alcanzó notoriedad. La linda idea no sólo era bella; era audaz, contestona, atrevida, un poco marisabidilla…Y entonces surgieron los recelos de otras ideas más viejas y circunspectas. Las señoras ideas conservadoras la tildaban de indecente, con ese vestido tan liviano, con esos labios tan sensuales. Algún gacetillero de colmillo retorcido, se arrimó a ella, a ver si podía verle las bragas, para intentar manosearla y así acusarla de ser un poco ligera de cascos. Querían mancharla el vestido ese tan liviano que le hacía ser tan atractiva. Pero la linda idea siguió caminando por la Calle Mayor siendo centro de todas las miradas. Algún intelectual sesudo, de esos que toman gin tonics en los cafés hasta altas horas de la vida, la tildó de ser una linda idea carente de ideología. Ellos, guardianes de la ortodoxia prefieren a esas otras musas más literarias que encarnan la mística de los perdedores. Son como el Rick de Casablanca, que se quedan en tierra para apagar la luz. Definitivamente esa linda idea no se parecía a Ingrid Bergman. La linda idea, a su paso tuvo que escuchar a grupos de señoritos de bigotillo que le cerraban el paso para decirle ordinarieces y requiebros de mal gusto. A pesar de todo la linda idea siguió por la avenida haciendo sonar sus tacones por la acera. Se alisó el vestido, respiró hondo y con su mejor sonrisa les hizo a todos un corte de mangas.

viernes, 27 de febrero de 2015

PURO TEATRO

El congreso de los Diputados se parece mucho, en su estética, a un teatro a la italiana del siglo XIX. Su forma semicircular, el color oscuro de sus maderas nobles y las viejas comedias que allí se desarrollan. El pasado miércoles tuvo lugar una nueva representación de una tragicomedia – o quizá comedia bufa- continuación de otra anterior titulada rimbombantemente “El Estado de la nación”. Los actores , los de siempre. La directora de escena jugaba apaciblemente con su juguete digital y los primeros actores se sacaban la piel a tiras con frases cariñosas y gestos grandilocuentes. Ese miércoles les tocaba actuar a los actores secundarios por lo que la sala presentaba media entrada. Todo discurría de forma previsible hasta que tuvo lugar un hecho inesperado: uno de los oradores, Joan Baldoví sufre un desvanecimiento. De repente, la tramoya parlamentaria se viene abajo y aparece la realidad: Aquellos actores se convierten en seres humanos. ¡Un médico, que venga un médico! Vienen varios a la carrera. Los rostros se tornan serios y se mezclan en el hemiciclo tirios y troyanos. Parece como si de repente todos se quitaran las caretas y pelucas. Ya nadie ríe ni patea. Ha entrado en escena el dolor . La escena recuerda ese momento de la verdad en la que el toro se lleva por delante al torero. Aquí no hay trampa ni cartón, sólo un hombre mostrando la fragilidad humana ante el infortunio. Por primera vez, desde hace mucho tiempo el viejo teatro parlamentario se parece a la realidad: angustia ante la desgracia. La orquesta desafinada de las descalificaciones ha parado y se oye el rumor preocupado de los que vuelven a ser personas y no personajes. Entonces uno piensa ¿Por qué no se quedarán así ya para siempre? ¿Por qué no abandonarán en el ropero sus viejos disfraces? A muchos nos gustaría verlos y oírlos así: sensibles ante el dolor de los otros, quitándose la chaqueta para ponérsela de cabecera a sus oponente. Escuchando y no abucheando, aplaudiendo a quien habla con verdad y no a quién dice el jefe de la claque. Diciendo lo que sienten y no lo que les escriben. Eso sí sería una buena función y no a lo que nos tienen acostumbrados. Pero no. La función tiene que continuar. Pasado el susto todos vuelven a sus marcas. Unos al ballet de dedos alzados en el aire, otros a la declamación monótona, con su papel en la mano, con sus trajes grises y sus corbatas. El viejo teatro de la Carrera de San Jerónimo no es rentable. No vende entradas. Si no fuera por las millonarias subvenciones que cobran sus señorías en dietas y prebendas tendría que cerrar. No gusta ni su música ni su letra. Le falta la sensibilidad ante el dolor, ante la desgracia. Le falta alegría, espontaneidad. Les falta afición, creerse lo que dicen, meterse en la piel de aquellos a quienes representan. Ha sido solo un susto.

martes, 10 de febrero de 2015

¿TODO ES UNA MIERDA?

Cada día abrís vuestros telediarios, vuestras portadas de periódicos, vuestros titulares de la radio para decirnos que TODO ES UNA MIERDA. Que tomemos pastillas para no soñar. Salimos a la calle cientos de miles de personas y lo único que se os ocurre es contarnos las cabezas por metro cuadrado, como si fuéramos reses de ganado. A ninguno de vosotros se le ocurre analizar que hay detrás de esas cabezas. Quienes son todos esos, esa gente qué querrá… No, sólo nos decís que TODO ES UNA MIERDA. Que todos son iguales, que somos unos ilusos, que nos va a pasar como a los griegos, que moriremos en las Termópilas. Salís ahí en vuestros platós de plástico,con vuestras corbatas italianas, con vuestros discursos prefabricados para decirnos cada día, cada minuto la misma monserga. Cocináis vuestras encuestas desde vuestros periódicos desde vuestros grupos editoriales , desde vuestras PRISAS, vuestros Luca de Tena, vuestros millonarios de la lista Falciani para decirnos que todo es LA MISMA MIERDA. Sembráis el venenoso árbol de la duda, para envenenarnos nuestros sueños. Como hicisteis con nuestros padres, con nuestros abuelos. No buscáis la denuncia, ni la verdad, sólo buscáis un objetivo: que todo siga igual. Queréis seguir con vuestro compadreo con el poder. Vosotros, el cuarto poder sois simplemente el poder, el viejo y putrefacto fondo de reptiles. Pero ,amigos, nos subestimáis. Nosotros no somos nuestros abuelos, nuestros padres jubilados. No. Nosotros tenemos estudios. Hemos ido al colegio, al instituto, a la universidad. Nos gusta leer libros. No es tan fácil engañarnos. Sabemos que cometeremos errores. Pero serán nuestros errores. No queremos los vuestros. Creíais que íbamos a estar toda la vida detrás de una pancarta, enarbolando nuestras queridas y raídas banderas, maldiciendo nuestra mala suerte. Pero eso se acabó. Queremos nuestro futuro y lo queremos ahora. Creéis que basta con echar basura sobre unos rostros conocidos y que todo se derrumbará. Pero erráis el tiro. Detrás hay miles de rostros anónimos. Aquí tenéis nuestros nombres, nuestros DNIs, nuestros números de cuenta corriente, nuestra declaración de la renta. ¿Qué vais a decir ahora de todos nosotros? No tenéis MIERDA para tantos.

domingo, 1 de febrero de 2015

TREINTA Y UNO DE ENERO.

31 de Enero. Anunciaban lluvia y frío para este sábado. Día de paraguas morados. Pero esta mañana luce el sol y corre un viento frío del Guadarrama. No iba o llover ¿ O sí? Tomo el metro en mi barrio. Las primeras gotas de gente empiezan a cubrir el andén. Parejas bien avenidas, grupos de mujeres con calzado cómodo. No es el público normal de un sábado normal. Buenos presagios. Una exalumna quinceañera viene a saludarme y a mostrarme de paso su chapa morada. Sonrisas, miradas de complicidad. Al tomar el tren de cercanías el chaparrón ciudadano ya es un aguacero. Los trenes vienen atestados. Pancartas enrolladas. No cabe ni un alfiler. Empujones como en el metro de Tokio. ¡Venga que podemos!...Carcajadas. La estación de Atocha es ya una tormenta tropical incluso con palmeras. En el vestíbulo un estrépito de voces :¡Sí se puede! ¡tic-tac-tic-tac! La gran plaza de Atocha es una riada de gente que anega el paseo del Prado. Son las 11:40. Rostros de alegre sorpresa. De descubrirnos unos a otros. Desde el norte, de la Plaza Castilla viene un viento que agita las banderas. La inundación llena la Plaza de Cibeles y los ojos de la Puerta de Alcalá…Las aguas suben. La más bella postal de Madrid: Alcalá con Gran Vía es una pleamar humana multicolor: morados republicanos y círculo morados que se suben a las vallas del Ministerio del Ejército. ¡Sí se puede!... ¡Pero no se puede pasar por ningún lado! Lluvia sin nubes. Sol de Madrid que quema. Gentes heterogéneas, ikurriñas en La Cibeles. Una mujer con un elegante sombrero y unos bellos ojos, ancianos caminando con dificultad pero con empeño. Familias con niños, barbas, muchas barbas y chicas, muchas chicas de veinte, de cincuenta años… La lluvia incesante de gente se sale de los márgenes : ya no hay aceras, se llenan los portales, las cafeterías, las calles adyacentes. El río , ya cerca de su desembocadura en la Puerta del Sol, se remansa, se para. Se oyen las cascadas de aplausos, los ecos de los discursos: ¡Nos gusta soñar, pero nos tomamos muy en serio nuestros sueños! Tenía que llover y llovió a cántaros. Este frío y magnífico sábado, 31 de enero de 2.015.

martes, 20 de enero de 2015

MALDITAS ENCUESTAS

MALDITAS ENCUESTAS Sube la intención de voto del PP. Y si no sube, es igual, no va a venir la realidad a estropearnos estas encuestas que tanto esfuerzo y dinero nos cuestan. Periódicos, radios, todos los canales de las televisiones . Venga, todos a empujar en la misma dirección. Hay que modificar la tendencia. Esto no puede seguir así.¡ Que nos hacen un griego! Maldita sea, hagan algo. No se trata de volvernos decentes. No. Eso no sirve para nada ¿Quién se iba a enterar? ¿Quién nos lo iba a agradecer? No, es mejor ensuciar todo con ese hollín pegajoso, con esa porquería que se cuela por cualquier rendija. El chapapote de la corrupción. En fin, qué le vamos a hacer corromperse es humano, y nosotros, ¡somos tan humanos!. Y vienen estos ahora a darnos lecciones de moralidad? Estos malditos advenedizos… Publica lo que sea: que se mean fuera del retrete, que se cuelan en el metro, que se emborrachan, que son sucios, que no trabajan. ¡Hay que pararlos como sea! Buscad en la basura, papeles, fotos, lo que comen, dónde viven, con quien duermen, qué beben, cuántos clínex usan. Lo quiero todo sobre ellos. Se van a enterar estos… ¡Ah, y no se te olvide crear discordia entre ellos! Que se peguen, que se muerdan, que se arañen. Es muy simple, basta una nota de prensa, una filtración por allí…Es preciso que se fragmenten, que se hagan añicos que discutan. Busca a alguno de mente pequeña y ambición grande, ese hará nuestro trabajo.. Que se peleen entre ellos. Es fácil, siempre lo han hecho. Nosotros no. Nosotros estamos siempre unidos. Gordos lustrosos, bien vestidos y bien calzados, calentitos. Viviendo nuestra realidad paralela. Sin pobres durmiendo al hielo. Lejos de esos barrios tan feos, tan a las afueras. El frío es para ellos .¿Qué se creían estos zarrapastrosos?¿Que iban a ganar? No saben que nuestros seguidores al final nos son siempre fieles. Siempre, hasta la muerte. You’ll never walk alone… Qué importa que robemos, que mintamos, que tengamos a nuestra cúpula en la cárcel, que no cumplamos nuestro programa….Nuestra fuerza está en el miedo, en la estupidez, en el egoísmo individualista,eso tan humano, tan puro liberalismo. Sudando, excitado, el gran líder de la derecha española se despierta con las sábanas empapadas. Ha sido una pesadilla horrible. Seguro que fue la comida de ese restaurante de moda. Maldita comida francesa…. Je suis espagnol…! ¡Tengo que llamar a mis contactos a ver cómo van esas malditas encuestas…!